- Tras las restricciones impuestas en 2020, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) autoriza nuevamente el ascenso a la Pirámide de la Luna.
Teotihuacán, Estado de México. — Después de cinco años de restricciones, los visitantes podrán nuevamente ascender a la icónica Pirámide de la Luna, una de las estructuras más emblemáticas de la zona arqueológica de Teotihuacán, según confirmó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El acceso había sido suspendido en 2020, inicialmente por medidas sanitarias derivadas de la pandemia de COVID-19 y posteriormente para evitar el desgaste de este patrimonio cultural. La reapertura ha sido posible gracias a una serie de adecuaciones de seguridad implementadas en el sitio.
Entre las medidas adoptadas destacan la instalación de cables pasamanos, el resane de baches y hoyos en las plataformas para reducir riesgos de tropiezos, así como labores de deshierbe general. Estas acciones buscan garantizar una experiencia segura para los miles de turistas que llegan cada año a este sitio declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Sin embargo, autoridades del INAH advierten que, pese a las mejoras, persisten riesgos de accidentes por caídas, por lo que la atención de emergencias dependerá del auxilio de Protección Civil municipal, ya que la zona arqueológica carece de servicio médico propio.
El documento oficial que autoriza la reapertura hace referencia únicamente a la Pirámide de la Luna, por lo que aún no se confirma si el ascenso a la Pirámide del Sol también será reabierto en breve.
El cierre prolongado afectó de manera significativa a los comerciantes y artesanos de la zona, quienes reportaron una disminución del 60% en la afluencia turística, impactando de forma directa la economía local. La reapertura representa, por tanto, un alivio para el sector turístico de Teotihuacán, uno de los destinos más visitados de México.
“Es un respiro para todos nosotros. Muchos dependemos de los turistas para vivir”, compartió Rosa Pérez, artesana de la zona, quien espera que la reapertura revitalice la economía local y atraiga nuevamente a visitantes nacionales e internacionales.
Con esta decisión, Teotihuacán se prepara para recibir una nueva ola de turismo, consolidándose una vez más como un destino cultural imprescindible, donde historia y presente se entrelazan bajo el imponente cielo mexiquense.